lunes, 20 de febrero de 2012

Y ahora vienen a por las becas

Este domingo las calles de España, de norte a sur y de este a oeste, se han llenado de ciudadanos que han querido hacer llegar su voz contra las medidas del nuevo gobierno del PP. Los españoles han dejado claro a Mariano Rajoy que la Reforma Laboral es un grave ataque contra la dignidad de los trabajadores y que retrotrae al país en varias décadas en el tiempo. Mientras tanto, el Sr. Rajoy ha dejado también claro en el Congreso del PP que no le afectan las presiones. Y por “presiones” se refiere al grito unánime que manifiesta su desacuerdo contra su Reforma laboral. Pero Rajoy ha dejado de ser desde un primer instante el Presidente de todos los españoles para convertirse en un títere de mercados y empresarios avariciosos. La reforma laboral ha convertido en “amos” a lo que antes eran simplemente “jefes” o empresarios. Y Rajoy no escuchará, lo ha dejado claro, de la misma forma que no escuchó Aznar y que hoy es el Presidente de Honor del PP. Lo cierto es que el PP tiene prisa, mucha prisa por deshacer lo que hemos construido en muchos años, la reforma laboral no es más que un ejemplo más con el que se destruye todo el derecho laboral.

También hemos terminado la semana con el fracaso del Ministro de Agricultura, Arias Cañete, en Europa. Muy lamentable que cada vez que este señor está en el gobierno, los primeros en perder son los agricultores andaluces. Y el que decía que no entendía mucho de medioambiente, si ha tenido entendederas para favorecer a los lobbys de las eléctricas prolongando la vida de la Central Nuclear de Garoña, ya caducada, durante cinco años más, nuclear, por cierto, similar a la de Fukushima de Japón. Además se ha permitido paralizar las ayudas a las energías renovables, solar y eólica, que cada vez son más necesarias en el mundo en que nos hallamos y que son creadoras de nuevos tipos de empleos. Con esta medida ha sido nuevamente Andalucía la que también se ve más perjudicada. Mientras tanto el PP sigue en su congreso que le da la campanada de salida hacia las elecciones andaluzas, tras las cuales se preparan ataques brutales contra la sanidad pública y que hoy no se atreven a comunicar del mismo modo que durante las elecciones no avisaron de su hachazo fiscal contra trabajadores y clases medias, tampoco de su reforma laboral.

En esta semana hemos tenido la oportunidad de escuchar en varias ocasiones al ministro de Educación, Sr. Wert. De sus palabras se desprende que el nuevo ataque del PP contra nuestro entramado de bienestar, va a ser dirigido contra el sistema de becas que disfrutamos y que ha permitido que muchos hijos de trabajadores accedan a unos estudios que de otra forma difícilmente hubieran podido. Sí, así es, ahora vienen a por las becas de los hijos de trabajadores. En el PP no se han enterado que las becas no constituyen un privilegio sino un derecho para garantizar la igualdad de oportunidades. No todo el mundo puede permitirse permanecer doce años haciendo una carrera, bajo el amparo de papá, como le sucedió al mismísimo Arenas en su época de estudiante. Dice el ministro que no reducirá el dinero destinado a las becas, pero que cambiará el sistema para que se premie más el esfuerzo que la renta económica. Y es que este ministro parece indicar que las becas hoy se regalan. Ni siquiera ha considerado que muchos jóvenes además de las becas, se han visto obligados a trabajar al mismo tiempo que realizan sus estudios universitarios. Tras escuchar en varias ocasiones al Sr. Wert, nos ha dejado, desde un principio, la sensación de que no sabe muy bien donde está y que desconoce bastante sobre su ministerio. Hoy en las becas se valora el esfuerzo junto a la renta económica, nadie tiene una beca eternamente, para “tirarla”, la beca se pierde si no se estudia. El fin de nuestro sistema de becas es el de compensar las desigualdades de origen y mejorar la equidad en el acceso y permanencia dentro de la universidad. Por lo tanto, mucho me temo que con el nuevo sistema de becas esbozado por el PP, lo único que se consiga es que éstas cambien de mano y pasen de hijos de familias humildes a los de familias más pudientes. Y es que una calificación de diez en la pública cuesta más que en la enseñanza privada, y nadie me asegura que los propietarios de colegios de élites privados, desde una óptica puramente empresarial, no alterasen sus expedientes para que sus alumnos se llevasen las ayudas. Las becas permiten una sociedad más cohesionada y más justa. Podría dar una lista cercana de grandes profesionales en medicina, enseñanza, en el derecho, ingenierías…, que sin la beca no habrían conseguido sus sueños. Así que alerta, que lo que está deshaciendo el PP es mucho, aunque algunos se permitan decir que no tenemos nada, a pesar de que muchos de ellos han estudiado gracias a una beca.

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